Monday, July 16, 2012

Bienaventurados LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA, porque ellos serán saciados…


Dios sabe todo lo que sucede en nuestras vidas. También sabe (y le duele ver…) como desgraciadamente en este mundo, muchos hombres cometen injusticias con otros hombres: meten preso al inocente, culpan al que no hizo nada, no pagan lo que el otro en justicia merece, roban al otro lo que le pertenece, asaltan y hasta matan al inocente.

¡Cuántas injusticias conocemos! Nosotras mismas hemos vivido y sufrido injusticias...la madre que nos insulta, el marido que nos falta al respeto, el hijo que nace con dificultades de salud y no tener seguro medico que nos ayude…En fin, vivimos día con día injusticias en el hogar, en el trabajo, en las calles… Cristo no nos dice: busca que se te haga justicia, véngate, desquítate... sino que nos dice: ¡alégrate, que ya Dios será justo en premiarte en el cielo por lo que has pasado aquí en la tierra!

Nosotras debemos inculcarles a los hijos a saber escoger buenas compañías y rechazar las malas intenciones sin hacer daño a nadie. Lo bueno se aprende. Lo malo también.

¿Qué deseas que tus hijos aprendan de ti?
Si alguien me falta al respeto; aprovecho la oportunidad para encomendar a esa persona a Dios (como lo hizo Jesús cuando le crucificaban tan cruelmente…)  Siguiendo el ejemplo de Cristo – yo digo en voz alta (si es que mis hijos andan conmigo…) “Dios mio, perdónales, porque no saben lo que me hacen.”


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