Wednesday, February 19, 2014

Cambiar de corazón

           Para renovar a la Iglesia y al mundo necesitamos comenzar por nosotros mismos. Es una tentación ver los problemas morales de la cultura de hoy y querer comenzar nuestro trabajo allí, fuera de nosotros, centrados en otros. Pero toda auténtica reforma o cambio para mejorar las cosas comienza en nuestros propios corazones.


        ¿Cómo entrar en el conocimiento y ablandamiento de nuestros propios corazones? Orando. Pidiéndole a Dios mismo que nos muestre nuestra propia realidad y que nos veamos con ojos sinceros – la condición de nuestros propios corazones. También podemos renovarnos escuchando la Palabra de Dios. Escuchando la Palabra de Dios en casa (nuestra iglesia doméstica) o durante la Santa Misa. Cuando escuchamos la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras/la Biblia, le estamos conociendo mejor a Dios...a Jesucristo, Su Hijo…y nos vamos llenando del Espíritu Santo… De esta manera conoceremos mejor a nuestro Salvador Jesús, quien nos invita y espera constantemente como todo buen amigo y compañero fiel de nuestras vidas.


          Debemos hacer el firme propósito de buscar a Dios en nuestro prójimo dolido, menospreciado, angustiado, y llevarles el amor que Dios entrega a todo el que lo pide.
 

         Aún cuando no lo pedimos…Dios nos ama a manos llenas y sin cesar/constantemente. Mi oración diaria es esta: Dios mío, purifica mi corazón con tu amor, para que se limpie de todos los sentimientos negativos… y así mi corazón pueda recibir tu amor infinito – que se ha de desbordar hacia todos a mi alrededor – incluyendo/empezando por los miembros de mi propia familia. ¡Amén! ¡Gloria a Dios!