Como mujer, esposa y madre (les recuerdo que soy hija, hermana y trabajadora...también) mi primordial atención siempre debe estar para con mi esposo y mis hijos.
Cuando me caso, mi llamado/vocación es el matrimonio.
Muchas veces me descuido de ponerle atención a mi marido/esposo…y por lo tanto, sufre un poco de abandono nuestra relación intima y amorosa. Como muchas cosas que nos ocupan en nuestro diario caminar, una ocupación principal como mujer casada y ama de familia…es el de orar, atender y dedicarme por el bienestar espiritual de mi esposo (y de mis hijos…en tal orden).
¿Es fácil? Por supuesto que no lo es. Si fuera fácil, no habría tantas familias desunidas, descuidadas y sufriendo sin amor. El mundo presenta una ‘cara’ diferente. Los anuncios por todas partes nos dicen que nuestro valor viene de las cosas mundanas, sin Dios. Nuestro ‘valor’ como persona tiene que ver con todo menos la razón principal por la que fuimos creados “a la imagen y semejanza de Dios”…
Si mi meta en la vida es de siempre dar gloria a Dios en todo…
Me propongo, cada día pedirle a Dios en oración que llene mi corazón de Su amor infinito (y que llene el corazón de mi esposo y los corazones de mis hijos) para poder amar como Dios mismo ama…solamente así, podremos llegar unidos a nuestra meta final: vivir perpetuamente en eterna y dulce felicidad, dando siempre ¡¡¡GLORIA a DIOS!!!
No comments:
Post a Comment