Hablar más acerca
de una búsqueda de pureza en vez de hablar sobre la virginidad y la abstinencia. La virginidad y la abstinencia son buenas y virtuosas, pero no llegan a la meta deseada. Tenemos que equipar a nuestros hijos para una búsqueda de toda la vida, llena de gracia, donde el poder del Espíritu
Santo nos da la pureza para vivir como hijas e hijos de Dios.
Los padres e hijos por igual, somos
llamados a proseguir una vida
santificada y pura.
Nuestra meta para nuestros hijos debe ser vivir una vida de pureza, no sólo el evitar las relaciones sexuales hasta la noche de bodas. Vivamos dando buen ejemplo a los hijos/hijas.
Nuestra meta para nuestros hijos debe ser vivir una vida de pureza, no sólo el evitar las relaciones sexuales hasta la noche de bodas. Vivamos dando buen ejemplo a los hijos/hijas.
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