Cada vez es más frecuente que la mujer trabaje por fuera del hogar. Algunas lo
hacen por necesidad, otras por desarrollar sus intereses personales o
profesionales.
No existe una fórmula mágica para alcanzar el equilibrio
entre el hogar y el trabajo. Ningún modelo es mejor que el otro en términos de
realización personal, ni tiene por qué afectar directamente la marcha del hogar.
Lo que cuenta es tener una intención recta.
Si al quedarse en casa la madre lo hace con resentimientos y frustración, la
compañía que dará a sus hijos carecerá de alegría y no será fuente de seguridad
afectiva. Hay familias con madres de tiempo completo que no marchan bien, así
como otras que cuentan con mamá por corto tiempo, pero viven en
armonía.
Calidad y tiempo: El mayor riesgo de las madres que trabajan
fuera de casa, es que el cansancio y las tensiones la pongan de mal humor, se
irrite fácilmente y esté poco dispuesta a compartir su tiempo libre con los
hijos. Si esto sucede, será conveniente plantearse la forma de asumir el trabajo
y estudiar la posibilidad de buscar ayuda en las labores hogareñas.
Los niños necesitan una madre atenta y preocupada por sus intereses para
sentirse felices y valorados. El corto tiempo que se dispone para los hijos debe
ser compensado por la "calidad" de él.
Como madres catolicas debemos pasar tiempo con nuestros hijos orando y agradeciendo a Dios por nuestras bendiciones de cada dia.
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