No faltan apuros, situaciones y el cansancio para que uno como mujer y madre de familia se sienta muy abandonada por Dios...Pero yo les quiero decir que nunca nos abandona Dios...Nosotras siempre contamos con el gran apoyo de un Dios que es más grande que los padres, mas bueno que los esposos, más atento que los hijos e hijas.
Por eso yo siempre vivo con una sonrisa y un ardiente amor en mi corazón...Vivo dando gracias por la vida misma que me obsequia mi Amo y Señor… No dejo de sorprenderme día con día por la grandeza de Dios y todas las bendiciones que derrama sobre mí, mi esposo, mis hijos e hijas, mis padres y hermanos y todos a mí alrededor… (aunque muchas veces mi cuerpo se canse por tanto trabajar…)
¡Vivo dando Gloria a Dios a todo momento! Y Dios me abre camino “sin-querer-queriendo” siempre…